miércoles, 19 de marzo de 2008

jueves, 13 de marzo de 2008

Si pudieras elegir una flor o planta que representara tu país, ¿Cuál escogerías?

Por: Lorena Botello

Ayer, Alfredo y yo conocimos el Jardín Botánico José Celestino Mutis, un jardín que en su nombre alude a uno de los primeros naturalistas que estudió la flora de Colombia. Celestino Mutis llegó al Reino de Nueva Granada como médico del Virrey Pedro Messía de la Cerda, éste quedó sorprendido con la flora y propuso a la Corona Española la realización de una expedición botánica. Sin embargo no fue apoyado y fue hasta 1783 que el Virrey Caballero y Góngora lo impulsó y le brindó su colaboración para llevar a cabo el tan anhelado proyecto.

Su sobrino Sinforoso Mutis, continuó con la labor botánica y en 1809 fue designado Director Científico de la Expedición Botánica por el Virrey Amar y Borbón,. Así mismo S. Mutis cobró relevancia durante el proceso de Independencia, ya que en 1810 fue uno de los criollos que se manifestó en contra de los peninsulares que pretendían quedarse con los puestos del Ayuntamiento, integrado fundamentalmente por criollos. Posteriormente fue designado por el Cabildo como Diputado del pueblo y miembro de la Junta Suprema de Gobierno, y como tal firmó el acta de Independencia.

Durante la estancia en dicho lugar, Alfredo y yo pudimos observar la riqueza natural que posee Bogotá. Llegamos con la expectativa de poder conocer la Mutisia clematis, una planta que creímos sería representativa de Colombia, ya que ésta posee características singulares en relación a las demás plantas típicas. Su término fue acuñado por Linneo cuando J. C. Mutis le envió material de su Historia Natural, con la finalidad de que éste la revisara; Linneo señaló al respecto: “jamás he visto una planta tan particular, su flor es de singenesia, presenta zarcillos, las hojas son compuestas y tomentosas, el hábito es de clemátide; ¿quién había visto una planta semejante en este orden natural?, la llamaré Mutisia y su nombre inmortal, el tiempo no lo podrá borrar”. Sin embargo, durante nuestro recorrido, comenzamos a preguntar, tanto a los jardineros como a los paseantes: “si pudieras elegir una flor o planta que representara tu país, ¿cuál escogerías?”. Entre las plantas y flores que más se mencionaron, como símbolo de la identidad colombiana encontramos: la palma cera, la planta de coca, la orquídea “Flor de mayo”, la Mutisia, la amapola, el árbol de quina, los anturios y las rosas.

Lo relevante fue que muchas personas coincidieron en que la palma de cera, por su fortaleza, es la que más representa a los colombianos, así como también la planta de coca, ésta requiere de más cuidados en comparación con la amapola que es más resistente. Señalaron también que aunque “se le de un mal uso” al añadirle químicos y convertirla en cocaína, es un arbusto que fue muy usada por los antiguos indígenas por sus propiedades medicinales y se sigue utilizando. Desde ahí radica su importancia, y en ese sentido, puede representar a Colombia, a pesar, además, del estigma que existe en relación al narco. La Mutisia clematis, que teníamos pensado sería una buena exponente de la flora e identidad colombiana, ni siquiera fue mencionada.

Alfredo y yo coincidimos con aquellas personas (la mayoría) que señalaron a la palma de cera como símbolo de Colombia, empero, considero que la planta de coca forma parte de su cultura e identidad. Para Alfredo la amapola, por ser una planta más resistente y que requiere de menos cuidados, puede representar muy bien a Colombia.

lunes, 10 de marzo de 2008

Impresiones de Caracas: calidez humana, arquitectura contrastante y Bolívar

“Las buenas costumbres,
y no la fuerza,
son las columnas de las leyes;
y el ejercicio de la justicia
es el ejercicio de la libertad”

Simón Bolívar

Al salir del aeropuerto, camino a la capital venezolana, se vislumbraba una ciudad cálida, tanto en su ambiente social como en su clima. Como casi todas las grandes ciudades Caracas tiene, en la periferia, zonas habitacionales marginadas, de las ventanas de sus edificios se asoma la ropa de sus habitantes, y una que otra manta que expresa su apoyo a Chávez.

En el centro de Caracas es impresionante observar los enormes edificios, relativamente viejos, ya que fueron hechos, según me comentaba un taxista, en la década de los años ochenta. Llama la atención el hecho de que en la gran mayoría de las ventanas de éstos, desde la planta baja hasta el último piso, tienen protecciones de metal estilo “pecho paloma”, lo cual le da singularidad a tales construcciones, sin embargo, según me comentaba el mismo taxista, éstas fueron hechas para protección, debido al alto índice de robo en décadas anteriores.

Mientras se camina entre sus calles esa calidez que se percibe desde el inicio se torna un tanto pasional, es decir, entre más se adentra uno en sus calles se logra percibir un ambiente político tenso, si uno se acerca a conversar con la gente puede encontrar diferentes opiniones, personas que están tanto en contra como a favor de su actual presidente. Uno se topa con reuniones chavistas en la Plaza Bolívar, con múltiples pintas a favor de Chávez y de las FARC, pero sobre todo con diversas pinturas murales y propagandas políticas que aluden a Simón Bolívar, y ¿Qué significa el hecho de que haya numerosas alusiones a Bolívar?, este hecho ¿da cuenta de que Bolívar está más vigente de lo que creemos, o es sólo el icono por el icono de una figura histórica que fue relevante en el mundo entero? Estos son cuestionamientos que surgen en una conversación con Enrique Vázquez y que seguimos sin resolver.

El imperio los cría y el narcotráfico los une, en Gaceta de la Imprenta Nacional. 5/III/ 2008. Caracas

lunes, 3 de marzo de 2008

Historiadora: Lorena Botello


Soy Lorena Botello, estudiante de la licenciatura de Historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, tengo 23 años, actualmente curso el último semestre de dicha licenciatura y el último año (de tres) del idioma italiano.

Como historiadora tengo un profundo interés por estudiar la Revolución Mexicana, el arte colonial y el arte del siglo XIX en México. Otra de mis grandes pasiones es la paleografía, que es la comprensión y trascripción de documentos antiguos de los siglos XV al XVIII; como paleógrafa he trabajado el Criptojudaísmo en la Nueva España.

Cabe agregar que tengo un especial gusto por la literatura; disfruto mucho escribir ensayos, y tengo una marcada afición por el cine; estoy convencida de que este último ha formado buena parte de la construcción del pensamiento contemporáneo, es decir, nuestra forma de pensar está marcada en buena medida por la cultura de las imágenes, y nuestra idea de verosimilitud está determinada por el cine principalmente, lo cual es un fenómeno interesante que falta mucho por estudiarse, y que me atrae por su capacidad de influir en las personas.